
COMPENDIO DE UN TRATADO SOBRE LA NATURALEZA HUMANA
Según Hume, los filósofos de la antigüedad que trataron de la naturaleza humana han mostrado falta de profundidad, es decir, una falta de cientificidad. El intento de este ensayo es analizar si la ciencia del hombre no admitirá la misma precisión que tan aplicable ha sido a diversas partes de la filosofía natural. Si trata de alcanzar aquellos pocos principios comunes de los que todo depende.
Este autor se propone hacer la anatomía de la naturaleza humana y sólo sacar conclusiones donde lo permita la experiencia.
Todas las ciencias están comprendidas en la ciencia de la naturaleza humana y son dependientes de ella. Este tratado parece haber sido concebido con vistas a un sistema de las ciencias.
Definiciones
Percepción: Es cualquier cosa que pueda presentarse a la mente (ya sea lo que nos viene dado por los sentidos, las pasiones -placer y dolor, o los productos de la reflexión). Se divide en impresiones e ideas.
Impresiones: Son ya imágenes de objetos externos. Son vívidas y fuertes.
Ideas: Se producen si el objeto no está presente. Son pálidas y débiles.
Proposición primera: "Todas las ideas derivan de las impresiones".
Es decir, no podemos pensar en cosa alguna que no hayamos visto fuera de nosotros. Esto equivale a la negación de las ideas innatas de Locke. Pero (matiza) sí que hay impresiones innatas: las pasiones (virtud, resentimiento... surgen inmediatamente de la naturaleza). Todas nuestras pasiones son un género de instintos naturales.
Las impresiones son claras y evidentes. Hay ideas oscuras, pero el criterio ha de ser siempre el de recurrir a las impresiones que la formaron. Si no puede aducirse impresión alguna (como sucede en algunos términos filosóficos) entonces la idea es del todo irrelevante. Así se examina el término de sustancia y esencia.
Todos los razonamientos referentes a cuestiones de hecho están fundados en la relación de causa y efecto. Y no podemos nunca inferir la existencia de un objeto a partir de otro a menos que estén conectados (mediatamente o inmediatamente).
Análisis de la noción de causa
Para que hablemos de que A es causa de B se requiere:
-
Contigüidad en el espacio y en el tiempo.
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Prioridad (anterioridad) en el tiempo para la causa.
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Conjunción constante (siempre) entre la cusa y el efecto.
Y encontramos que no hay ninguna otra impresión.
La inferencia se basa precisamente en este siempre. De este tipo son todas las inferencias que puede hacer en la naturaleza (con excepción de la geometría y la aritmética). Así, la noción causa-efecto no es racional, sino empírica. Pero esta inferencia probabilística no es demostración alguna. La prueba es que es concebible lo contrario.
Así todos los razonamientos relativos a la causa y el efecto están fundados en la experiencia y los razonamientos que parten de la experiencia[1] están fundados en la suposición de que el curso de la naturaleza es uniforme. Pero es concebible un cambio en el curso de la naturaleza. Así esta uniformidad es también una cuestión de hecho y por tanto no puede ser probada (pues sólo podría ser probada por la experiencia, como todas las cuestiones de hecho). De esta manera, estamos determinados por la COSTUMBRE.
Conclusión: "No es, por tanto, la razón la que es guía de la vida, sino la costumbre" (irracionalismo). "Esta sola (la costumbre) determina a la mente, en todos los ejemplos, a suponer que el futuro es conformable al pasado". Esta costumbre no nos lleva sólo a concebir el efecto de la causa antes de que se produzca, sino también a creer en él.
En las demostraciones hay la imposibilidad de concebir lo contrario. Pero en una cuestión de hecho siempre se puede concebir lo contrario (ergo, no hay demostraciones). Sin embargo puedo asentir o no a la concepción: en esto consiste la creencia. Así, no tiene sentido hablar de creencia en las demostraciones.
La creencia no es ninguna idea que se añada a la concepción que se cree. Por tanto es una manera de concebir, que no depende de la voluntad (como el resto de las ideas) sino del sentimiento.
Parece ser, aunque no es dicho explícitamente, que en la creencia es en lo que se basa la diferencia entre impresiones e ideas. Es decir, la realidad se diferencia de la mera concepción por un sentimiento (creencia) que la acompaña. Así, la noción causa-efecto es tan (poco) real como la realidad. De hecho el sentimiento de realidad se funda en el de constancia. Cuando veo un vaso como real creo que va a seguir ahí, que se va a ofrecer en diferentes perspectivas, etc.
Observación importante: la fuerza o energía que atribuimos a los cuerpos (o a un Ser Supremo) para explicar ese efecto como efecto de esa causa no tiene consistencia ninguna, pues no remite a ninguna impresión sino sólo a la creencia mencionada.
"El alma es un sistema o serie de percepciones diferentes como las de calor y frío, amor y odio, pensamientos y sensaciones, todas ellas reunidas, pero carentes de una perfecta simplicidad o identidad".
Para Descartes la esencia de la mente es el pensamiento en general, no éste o aquél. Pero esto es inconcebible para el autor, pues sólo existe lo particular. Por eso para Hume la mente es un sistema de percepciones particulares. La mente no es nada aparte de ellas. La mente no es una sustancia.
[1] De aquí se sigue que no se entiende experiencia como algo inmediatamente sensorial sino como la dilatada experiencia temporal del périto, del artesano.