top of page

Socialdemocracia y liberalismo

La socialdemocracia se basa en las teorías de Marx, pero con una mayor cautela no propone la revolución, sino sólo la redistribución social del capital. Por aquí va también la labor de los sindicatos de clase y los logros conseguidos en la lucha obrera. La asistencia social y los derechos relacionados con aquello que se llamó “estado del bienestar” son pagados por medio de impuestos de manera más o menos proporcional a la riqueza. Una de las diferencias entre la ideología conservadora y la progresista consiste en el criterio de redistribución de la riqueza a través de los impuestos al capital.

 

De manera más general hay que decir que todo aquello que forma parte del Estado se paga a través de difentes impuestos o tributos a la riqueza que se genera de manera privada. Desde el sueldo de los políticos y las subvenciones a los partidos, hasta las grandes obras públicas o la educación o sanidad gratuita o concertada.

 

En este marco general, se entiende que hay dos orientaciones claves que definen cualquier gobierno:

 

a)Las prioridades de gasto: no es lo mismo priorizar las infraestructuras (carreteras, aeropuertos) que la educación o la sanidad, por ejemplo.

 

b)Los ingresos: de qué manera gravar la riqueza. Así, p.e., si el dinero común se genera principalmente a partir de rentas del trabajo, estamos penalizando los salarios mientras que si se grava el patrimonio se penaliza la propiedad privada. En cada caso los impuestos pueden ser progresivos (se grava más a quien más tiene) o no. Si subimos el IVA estamos gravando el consumo. Pero en todos los casos anteriores se grava a las personas. También se puede gravar a las sociedades industriales, a las fundaciones, etc. Cada modelo impositivo (de impuestos) es solidario con una determinada ideología.

 

En principio, la socialdemocracia (izquierda moderada) es partidaria de la redistribución del capital mediante unos impuestos elevados y progresivos, que permitan tener unos servicios gratuitos básicos de calidad (como la sanidad o la enseñanza). Por el contrario, los partidos “liberales” (de “derechas”) son partidarios de bajar los impuestos y liberalizar la economía, prescindir de servicios básicos de calidad y privatizarlos (que cada cual pague lo que use). Por eso fomentan la educación y la sanidad privada, por ejemplo. Pero también su comportamiento será diferente respecto a los posibles monopolios empresariales, respecto al ahorro, etc. Hay que decir que las diferentes “estrategias electorales” y la presión de determinados lobbies hacen que no sea tan fácil predecir las actitudes económicas de los diferentes partidos, como si fuese algo matemático. Por otra parte el gran poder de las reglas de la economía globalizada hace que en este aspecto las diferencias entre partidos políticos puedan llegar a ser inapreciables o inexistentes.

 

  • b-facebook
  • Twitter Round
  • b-youtube
bottom of page